Armando Macchia
Temprano como todas las mañanas, pedalea tranquilo por las calles aún desiertas. Como todas las mañanas, temprano. El ruido del piñón y de su respiración pausada se escuchan nítidos allí, donde pareciera que el tiempo se ha detenido. Todo ese mundo de quietud y tibieza lo acaricia como un aliento blando...